Abrasión

El desgaste por abrasión se produce comúnmente cuando una superficie dura pasa por encima de una superficie blanda, lo que da lugar a una pérdida de material  pero es igualmente causado por materiales más blandos con una alta interacción cíclica sobre objetos más duros. Durante el proceso de desgaste por abrasión, se desprenden pequeñas partículas de la superficie de ambos materiales que al quedar atrapadas entre ellos, provocan un desgaste agravado. Esto se conoce como desgaste abrasivo de dos y tres cuerpos. Las partículas también pueden entrar en la superficie desde una fuente externa durante un proceso de desgaste abrasivo de tres cuerpos.

El desgaste abrasivo puede adoptar tres formas diferentes: formación de cuñas, cortes microscópicos y surcos. La gravedad y el tipo vienen determinados por factores como la variación de las cargas, la dureza de las partículas, su forma y la resistencia al desgaste del material sometido a la abrasión. Estos tres tipos de desgaste abrasivo pueden materializarse durante un solo proceso. Si no se tienen en cuenta, pueden provocar fallos en el equipo, un aumento de los ciclos y costes de mantenimiento, tiempos de inactividad de la planta y un aumento del coste total de propiedad (TCO).

Cuando las plantas y componentes equipados con nuestra gama de materiales resistentes al desgaste a base de cromo y carburos complejos Hardplate^™, Hardlite^™ y Tuffplate^™ experimentan un desgaste abrasivo, se demuestra que se benefician de un aumento de la productividad, una reducción de los requisitos de mantenimiento y una disminución del TCO.